Cd. Victoria/Redacción.- Triángulos de luz y sombra iluminan la zona norte del castillo de Chichén Itzá -ruinas ubicadas el oriental estado de Yucatán-, asemejando el descenso de Kukulcán, el dios de la cultura maya que llega anualmente durante el equinoccio de primavera para fertilizar la tierra, asombrando a los miles de asistentes.
Cada equinoccio (boreal), en la zona de Chichén Itzá se puede contemplar un fenómeno en las escalinatas de la pirámide que asemeja la sombra en movimiento de Kukulcán, la serpiente emplumada y deidad de viento y del agua en la mitología maya.
El fenómeno arqueo-astronómico se vio en todo su esplendor a las 16 mil 56 horas y cautivó a los visitantes, procedentes de diversas partes del mundo.
La potencia de los rayos del sol llena de energía a los visitantes locales, nacionales y extranjeros, atraídos por la hierofanía (manifestación de lo sagrado) de los mayas que sigue cautivando a las nuevas generaciones, igual que a los sacerdotes, dignatarios y otros personajes de la élite prehispánica.
La turista rumana Alexandra y la estadounidense Briana de Atlanta, consideran en entrevista con Efe “interesante” y “hermoso” el descenso de Kukulcán.
Su primera vez en Yucatán las ha llenado de “energía y buena vibra”. “me siento feliz”, explica la rumana.