COLUMNA/ TULTECOS REGANDO EL TEPACHE
SABADO Y DOMINGO, días de gran alboroto en el mágico de Tula, esto por la presencia del ninis, nieto e hijo del candidato de Morena a la gubernatura del estado, esto bajo la sombra del ex gobernador el Ingeniero Américo Villarreal Guerra, ya que a la sombra de su padre fungió en varios puestos a nivel estatal, y actualmente como senador pretende incursionar en las lides de la política estatal y nacional, claro que el darse baños de pueblo no ayuda pues no tiene carisma ni liderazgo ese joven imberbe el cual es utilizado para allegarse adeptos y simpatizantes solo que las personas que son enlaces del candidato y aun aspirante por Morena no contemplo que cada pueblo es especial por su gente pues existen liderazgos que no se pueden quitar de un plumazo como los iniciadores de la izquierda en Tula y la región, quienes fueron los grandes ausentes en dichas reuniones, Anita Moctezuma, Pedro Zúñiga, Cruz Walle, entre otros muchos más, sin embargo aparecieron las figuras fugaces del otrora partidazo, haciendo gala de su pasado como funcionarios municipales, entre los que presumieron la aportación de cuatro mil tres cientos votos a favor de morena, lo cual resulta imposible de comprometer pues la contienda para renovar la administración pública municipal reflejo que el electorado y simpatizantes del partidazo cada vez es menos, la pregunta obligada de acuerdo a los estatutos del PRI es que deberán de presentar su renuncia a su partido para participar con otra ideología, en fin son tiempos difíciles y como dijera el insigne y eterno líder de la CTM a nivel nacional Fidel Velázquez, el que se mueva no sale en la foto, El que se mueve no sale en la foto?
“¡El que se mueve no sale en la foto!”, es una frase muy conocida y pronunciada por primera vez por Alfonzo Guerra González, filósofo, ingeniero, profesor y político español, que fue diputado y vicepresidente del Gobierno de España entre algunos otros cargos, en México esta frase la popularizó Fidel Velázquez, político y sindicalista mexicano, líder de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) por más de cuarenta años. Con esa frase Fidel Velázquez se refería a la sumisión o “disciplina” que se debía tener hacia la alta jerarquía del partido, y ésta fue una regla de oro entre la clase política priista, principalmente en los años previos a la designación del candidato presidencial, el control se mantenía centralizado y con ello se buscaba “aplacar” los ímpetus de poder y de manera indirecta se buscaba intimidar a los adelantados, donde sí se hacía algo para promover la imagen en la búsqueda de un beneficio personal pues se tenían consecuencias que al final perjudicaban al adelantado.
Lo anterior parecía haberse superado, ya que a diferencia de las décadas anteriores ahora parecía ser necesario mantenerse en constante movimiento y aparecer en las vitrinas lo más frecuentemente posible ya que de esta forma se captaba la atención y se podía llegar a posicionar la imagen para ser considerado para una candidatura. De acuerdo con palabras de Heriberto Galindo Quiñones, quien ha sido diputado federal y buscó ser el candidato del PRI al gobierno de Sinaloa en junio, dijo que “fue muy oportuno que el presidente cambiara la legendaria frase por la de, el que se mueve sí sale, porque ya no es foto fija, es video, son redes sociales”.
Por lo anterior, es de todos sabido que “extraoficialmente” las campañas electorales es algo constante y no se ajusta a alguna fecha en particular, aprovechando cualquier pretexto para hacer proselitismo y generar una imagen positiva y de simpatía entre la población. Sin embargo, la simpatía de los votantes no aumenta ni motiva el voto, por el contrario, desgasta a los suspirantes a precandidatos y genera hartazgo en la población con su consecuente apatía para reflejarse en las urnas.
Lo comentado líneas arriba es una verdad a medias ya que llega un momento en que si es necesario subordinarse y quedarse quietecito o calladito para verse más bonitos y continuar vigentes, valdría la pena reflexionar si en verdad es necesario moverse para acaparar reflectores o si continúan las viejas prácticas encubiertas bajo la frase de que “el que se mueve no sale en la foto”.