Columna/ El Mazo del Decidor.
El día llegó y ayer, fue la fiesta de AMLO, uno más de sus caprichitos: la consulta de revocación de mandato, que es una vitamina para insuperable ego senil.
Ayer, la infinita mayoría de los votantes fueron personas mayores de edad, pero muy mayores y algunos jóvenes ninis de todas las regiones.
Los más sensatos se quedaron sin acudir a ese llamado a votar que resulta fraudulento, mentiroso, engaña bobos y demás.
Los resultados salen sobrando, se gastaron miles de millones de pesos en un ejercicio ocioso que de nada sirve y en nada abona al crecimiento del país.
Para lo único que pudiera servir, es para cumplirle otro más de los caprichitos estériles de un gobernante que no merece estar donde está, pues goza destruyendo todo, con él, vamos en una cuenta regresiva brutal.
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Nada más para ver cómo andan las cosas, deje les platico lo que ocurrió ayer en el homenaje luctuoso por el 103 aniversario de la partida de Emiliano Zapata.
Allá por el 17 Rosales, a un costado de la CNC, donde se encuentra el busto del General Zapata, se reunieron unas cuantas personas para rendirle tributo al Caudillo del Sur.
Muy pocas personas las que acudieron y, la mayoría, ni campiranos son, tienen las manos más suavecitas que una linda quinceañera y ni por erro, han agarrado un talache o un machete para dar vida a la tierra.
Total que se fueron al homenaje varios colados, de esos que nunca falta para la foto y que ni siquiera saben cumplir con los objetivos que Emiliano Zapata tomó para echar armas en defensa de los campesinos.
Los de ahora, esos que dizque le lloran al caudillo, son unas frágiles señoritas acostumbradas al aire acondicionado que no saben lo que se padece en el campo. Son puros y al amanecer cigarros.
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A los victorenses cuando no les llueve, les llovizna, y así ocurrió ayer que volvió a faltar el suministro de agua a gran cantidad de los habitantes.
Ahora la falla se derivó que un incendio de zacatal que se llevó un poste que sostenía cables de transmisión de la CFE y se quedaron sin energía las bombas de la Comapa.
O sea, pura salazón, de que se trata, si no es una cosa es otra, pero los victorenses se han visto afectados por la falta de agua.
En los ranchos dicen que cuando se quiebra un espejo hay años de salazón…..
Pero también hay otras teorías citadinas que infieren la salazón de la gente y esa es muy conocida, pero se la dejo a su imaginación…..creo que por ahí es.
