Los “padrotes” de la política
Por Felipe Martínez Chávez
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Desde que el PRD nació en Tamaulipas en 1989, lo invadieron oportunistas, gandallas, fulleros y tramposos que, con tal de cobrar su tajada, se vendieron al demonio (en turno).
Cabe muy bien la definición que el entonces militante Francisco Chavira Martínez les dio a sus compañeros, cuando lo echaron del partido en 2010: “Padrotes de la política”.
A su léxico se deben otros calificativos como esquiroles, vividores y militantes sembrados, que quedaron como anillo al dedo.
Con esa “estrella” nació el partido en Tamaulipas, lo llevó a la agonía y hoy lo mantiene con “respiración artificial” que viene del sistema.
Por eso no es dextraño que, en la temporada, los dueños del membrete le hagan el trabajo sucio al PAN. Sin rubor se lo hizo al PRI.
Conformado por tribus, se peleaban –pelean- por la caja de lentejas que desde el viejo edificio tricolor del boulevard Balboa, aventaban, ya Ricardo Gamundi, Antonio Martínez y otros que manejaban a los partidos de “oposición”.
Es el PRD el que se encochina las manos. Su gente nada tiene que perder. Están en el sótano del descrédito y cualquier mendrugo de pan es bueno para subsistir.
El trabajo sucio más sonado es una supuesta carta entre una agencia de seguridad de los Estados Unidos y la Fiscalía de Texas, que exhibieron, tratando de coludir al candidato a la gubernatura por la alianza Juntos Hacemos Historia, Américo Villarreal.
Cuando se descubrió que el documento era falso, muy burdo, pa´tras los filders! y los mariachis callaron.
En alguna ocasión se enfrentaron por la caja de las galletas Francisco Chavira Martínez, Jorge Mario Sosa Phol, Julio César Martínez Infante, Raymundo Mora Aguilar, Emiliano Fernández Canales y Jorge Valdez Vargas.
Con voto directo de la militancia, todos celebraron haber ganado. El premio se lo llevó el más chapucero.
La división siguió hasta que mandaron al bote a Chavira, acusado de robo y otros delitos, en los tiempos del Gobernador Egidio Torre Cantú.
La mejor época perredista fue en 1998 cuando cosecharon 128,419 sufragios que representaron el 14.5 por ciento de los emitidos en urnas. La gente pensó que sus dirigentes venían en serio a trabajar con la izquierda. Pronto enseñaron el cobre que venían a robar.
Por el 2008 tuvieron 34 comités municipales que funcionaban todo el año.
Como paleros iban bien pero el hambre y las ambiciones los acabaron. Llegaron a ganar los ayuntamientos de Nuevo Morelos, Río Bravo, Jaumave y Madero.
De ellos, el único que jugó como verdadera oposición fue Juan Antonio Guajardo Anzaldúa, en Río Bravo, más tarde asesinado. En los demás iban “arreglados” como ellos saben.
El papel más triste lo desempeñó Sosa Phol, alias El Ruso, al haber caído al bote acusado de saquear las arcas de Madero. Fue cliente del hostal Andonegui, en Tampico, por espacio de un año.
En 2007 llegaron a conquistar 28 regidurías. Lo malo: En maridaje con el PRI-gobierno.
Hoy que reciben respiración de boca a boca, el PRD conquistó el corazoncito de 15 mil electores en el proceso 2021, que no le alcanzaron ni para una regiduría.
Como presidente estatal, Armando Valenzuela y compañía tratan de evitar el último clavo en el ataúd de la organización fundada por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo.
Se metieron bajo la sombrilla Pri-Pan que, si ganan, les dejará una secretaría del gabinete estatal para que la expriman, completita, así como se la dieron a Chavira por el favor de sumarse a la causa de los vientos del cambio.
Como partido viven el último suspiro.
Traicionaron al pueblo como dijo uno de los suyos, Guillermo Gómez Vizcaíno, quien jugó por la alcaldía de Victoria en 2021, al darles una encuerada sobre la lana que se llevaron los cabecillas, sin “salpicar” a quienes hicieron talacha en colonias.
Como partido ya no se levanta, ni con una secretaría estatal. Eso lo saben bien los ex dirigentes estatales que abandonaron el barco, como Pedro Alonso Pérez, Julio César Martínez Infante, Cuitláhuac Ortega Maldonado, Alberto Sánchez Neri, Jorge Valdez Vargas y Alfonso Trejo Campos.
La fiscalización del INE en precampañas por la gubernatura dice que cometieron diez irregularidades, que ameritaron se les impusieran multas por la suma de 259,700 pesos que no van a pagar porque no tienen subsidio estatal. Arrastran otras 58 multas anteriores por 8.2 melones.
Así que, independientemente de si van en asociación o no –el Pan no aceptó revueltos, sino separaditos- los funerales perredistas siguen adelante.
Tema aparte el candidato de la alianza Juntos Hacemos Historia, Américo Villarreal Anaya, asistió a la conferencia de prensa de los lunes y dijo que esta semana recorrerá ocho municipios: San Fernando, Valle Hermoso, Reynosa, González, El Mante, Jaumave, Tula y Soto la Marina.
El jerarca nacional de Morena, Mario Delgado, andará acompañándolo entre miércoles y jueves.
Por su parte “El Truko” Verástegui, de Va por Tamaulipas, dedicó el lunes a González y El Mante, que son parte de la zona cañera.