Democracia participativa: la mejor elección
Por: José Efraín Caballero Sevilla
Ya confirmados de manera oficial los resultados en el cómputo de los votos, el Dr. Américo Villarreal Anaya, recibió su constancia como el ganador de la elección para la gubernatura de Tamaulipas.
La ciudadanía decidió favorecer al Doctor Américo; sin embargo, han quedado en evidencia la falta de exactitud en los servicios demoscópicos, ante los resultados finales que arrojó la elección.
Existe una gran diferencia en los indicadores que mostraban las encuestas, previo al 5 de junio, con respecto a los resultados reales en la votación.
Las casas encuestadoras, le otorgaban una amplísima ventaja a la coalición “Juntos Hacemos Historia” de Villarreal Anaya sobre “Vamos por Tamaulipas” de Cesar Truko Verastegui, y esa ventaja al final, resultó ser mucho menor: solo del 5%.
Massive Caller presumió casi un 20% de superioridad en sus muestreos, que favorecerían a Villarreal Anaya; Polls.mx le daba 17% de ventaja al cardiólogo en sus mediciones; Cripeso Servicios de Consultoría S.C. anunció que resultaría más de un 30% arriba; y así sucesivamente, otras empresas erraron dramáticamente en sus ejercicios demoscópicos.
Lo mismo ocurrió en otras entidades. Parece ser ya una regla general, este tipo de resultados inexactos; que solamente desinforman, y en consecuencia manipulan al colectivo social.
Las encuestas están muy lejos de equipararse a la participación ciudadana. No hay comparación con el momento de emitir un sufragio en casilla, ya sea de manera presencial o electrónica.
El mecanismo de la democracia participativa, es hoy por hoy el único instrumento que otorga certeza electoral. Entre sus diversas utilidades, quiénes son los actores políticos que el pueblo elige para llegar a los cargos de representación popular.
Las consultas para revocación de mandato, igualmente son un ejercicio que ha venido a enriquecer la democracia en México.
Tan importante es en la vida democrática de la nación, que ya el mismo Presidente Andrés Manuel López Obrador, pretende mediante una iniciativa de ley, que las autoridades del Instituto Nacional Electoral y del mismo poder judicial, sean elegidos mediante el voto ciudadano.
Es más probable, que se llegue a realizar una práctica fraudulenta por una empresa encuestadora, que además es de carácter privado; a que exista defraudación en una votación organizada por un instituto público.
Ante este panorama, queda un planteamiento por resolver: Es inexplicable, el por qué Morena y otros organismos políticos, privilegian las encuestas, por sobre la participación del pueblo en las urnas, como mecanismo para elegir a sus representantes partidarios a cargos de elección.
De seguir esta dinámica, cabría la posibilidad que quienes elijan a los futuros gobernantes, sean los directivos de las casas encuestadoras, o quienes hayan contratado sus servicios.
Lo cual puede explicar, entre otras cosas, las derrotas electorales de algunos candidatos; al tener realmente una baja aceptación y estar sobrevaluados artificialmente.
Si nos remontamos a las elecciones presidenciales del 2006 y del 2012, basta recordar que el mismo López Obrador sufrió de la manipulación en las encuestas, y siempre fueron una herramienta para tratar de debilitarlo electoralmente.
Es así que, nace la necesidad de replantear este método de selección. Las encuestas para elegir a los candidatos, carecen de exactitud, por lo que no pueden sustituir la democracia participativa. Solo imagínese, si para elegir a un Alcalde, Gobernador o Presidente, se hiciera mediante encuesta. ¿Sería este método confiable?
Amigo lector, le deseo un excelente día.
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