Acaparadores quieren pagar una “baba” por el mezquite en Calabacillas
Bustamante.- En pocas partes del altiplano tamaulipeco hemos visto la gran intensidad que los lugareños le imprimen a la recolección de mezquites (vainas) como en el ejido Calabacillas de Bustamante y es que la escasez de lluvias tan prolongadas como la que padece esta comunidad se recompensa, aunque en pequeños beneficios como lo es la abundancia de vainas de mezquite que recolectan para dar alimento principalmente a los animales que les sirven para negocio, como los bovinos, además ese forraje lo esparcen también a los equinos (caballos, burros, mulas) y es que la pastura, pacas y los alimentos balanceados que venden en la forrajeras es muy caro y, no hay recursos para mantener a los ganados con esos productos balanceados por lo que se las ingenian con lo que la avara tierra les da para que sus animalitos sobrevivan y les den utilidad.
Ejemplificando. – si a una vaca le proporcionan un manojo de rastrojo diario que cuesta alrededor de 20 pesos para que sobreviva—al mes se gastarían en un solo ejemplar la friolera de los 600 pesos, en un año el costo- vaca seria de 7 mil 200, por lo que no es recomendable la manutención de bovinos, invirtiendo recursos que no serán recompensados, es por ello, que las reses sobreviven a la buena de Dios, gracias al ramoneo de arbustivas tiernas y luego entonces, si dan fruto pronto venden la cría y es como los ganaderos de Calabacillas fortalecen su economía familiar.
En esta temporada de producción de mezquite la recolección de dicho fruto fue muy abundante y se lo deben que no llovió en lo que va del año en la región semiárida como lo es Calabacillas, es por eso que éste árbol de especie leguminosa fue muy generosa y se confirma que se recolectaron alrededor de las mil toneladas, quizá parezca exagerado el número, pero un solo -SEMBRADOR DE VIDA- ha llenado 300 costales y cada saco tiene un peso de 30 kg por lo que llega a la friolera de los 9.000 Kilos que representa una gran cantidad de forraje almacenado.
Quizá algún lugareño haya comentado en alguna otra población a la que viajó que en Calabacillas se habían recolectado una gran cantidad de mezquites y es por ello, que empezaron a menudear los compradores de dichas vainas, pero quizá los vieron urgidos y les ofrecían 3 pesos por kilogramo, cuando tiene un precio muy superior al que ofertaba un abusivo acaparador.
Es importante destacar que los ingenieros Agrónomos describen el gran valor forrajero del mezquite, el cual radica en el fruto, aunque los animales ramonean las ramas tiernas, además los mezquites proporcionan sombra a los animales que es muy necesaria en regiones de altas temperaturas.
No solamente es necesaria las vainas para alimento de los animales, principalmente los que se tiene “enchiquerados” sino que para el ser humano el árbol tiene propiedades medicinales en algunas partes de la planta que se utiliza para combatir la disentería, las hojas se emplean para combatir algunas afecciones de los ojos, se dice que el cocimiento de la corteza es vomito-purgante.
Además, el árbol se utiliza como combustible (no es recomendable porque se deforesta el área rural y se ahuyentan las lluvias) se usa para la construcción de cercas y, no se acaba con lo ya descrito las bondades del mezquite, también produce resina que tiene uso en la fabricación de pegamentos.
Como se puede apreciar al ejido Calabacillas, el gran arquitecto de universo no los ha socorrido con generosas lluvias, pero también a la adversidad se le arranca un cacho y los habitantes de esta comunidad le están sacando valor agregado a lo que la naturaleza les ha regalado como es el mezquite.