Corrupción Social
Mario Flores Pedraza
Cd. Victoria, Tam.- Teniendo una muestra considerablemente grande se puede llegar a un resultado deseado si sumas el promedio. Por ejemplo, si yo llenara un coche de pelotas de golf y le pregunto a mucha gente ¿Cuántas pelotas de golf hay adentro del vehículo?, el promedio de las respuestas de toda la gente que trata de adivinar la cantidad de pelotas se nivelaría hasta dar con la cantidad de pelotas exactas que hay dentro del coche. Y esto es debido a que probablemente unos se equivoquen por mucho, otros por poquito y otros sean muy certeros, pero si la cantidad de personas adivinando es lo suficientemente grande, se llegaría al punto donde se podría adivinar sumando el promedio de todas las respuestas casi de manera exacta.
Y esto pasa en nuestra sociedad. Tenemos la sociedad que tenemos debido a que es el promedio de los esfuerzos de todos los ciudadanos. Si tenemos una sociedad corrupta es debido a que, en cualquier nivel socioeconómico, en cualquier estrato social, en cualquier trabajo se nivela la corrupción y se distribuye a todos los ciudadanos (obvio la corrupción política afecta más la vida en la comunidad que el taquillero de un partido de futbol que vende a sobreprecio unos boletos, pero a fin de cuentas es corrupción). Cuando hablamos de corrupción generalmente la asociamos a la clase política, sin embargo, está en gran parte de nuestra sociedad.
La corrupción, la pobreza y la inseguridad jurídica son fenómenos que suelen coexistir en nuestra sociedad. Y no de ahora, sino desde siempre. Te has puesto a pensar si la pobreza es causa de la corrupción o si, por el contrario, es la corrupción quien causa la pobreza, y el papel que juega la inseguridad jurídica en ambas supuestas direcciones causales.
Hay quienes apelan que la corrupción es parte de la naturaleza humana, que se supone ínsitamente venal. Pero yo considero que esta suposición es equivocada ya que parecen olvidar una cuestión central; y es que la corrupción es un modo de actuar, un instrumento o una herramienta social que permite alcanzar determinados objetivos de otra manera inalcanzables o más costosos. Si la corrupción es un instrumento o un medio para lograr determinados fines, debe haber reglas prácticas que indican cómo se ha de utilizar. Por ello, si en determinados ambientes, la corrupción es necesaria o suficiente para lograr un contrato público, para obtener un puesto de trabajo, para pedir un trato de favor o para alcanzar un permiso de construcción, la regla técnica indica que hay que corromper. Entonces se transforma así en una acción instrumentalmente exitosa para lograr aquellos propósitos políticos, económicos o sociales perseguidos. Es decir, corromper responde a una decisión racional por parte de los corruptos.