Palmillas sin agua.
Palmillas.- Desde hace poco más de 5 años que en Palmillas se escasea el agua en los mantos acuíferos.
Según versión de la gente adulta de Palmillas quienes señalan para <el decidor> que se contabilizan más de 4 quinquenios que la población ha sentido que no cuentan con agua suficiente en el hogar para realizar las actividades cotidianas.
El mal no es de nuestros días.- Según los conocedores de las estadísticas en hidrografía, revelan que llevamos más de 50 años que las lluvias han disminuido considerablemente y dicha situación ya hace estragos porque los mantos acuíferos no se han recargado, por la consecuencia descrita y por ello, se pude apreciar que los pozos profundos que abastecen de agua a la población cada día reduzcan más la cantidad posible para la extracción.
El pozo las “Enramadas” ha disminuido sus niveles agua, y por eso se ha restringido el líquido vital, es decir, la prioridad son los hogares, aunque algunos ciudadanos con las mangueras rellenas cisternas y bidones para llevar agua a sus hatos ganaderos, pero no es de humanos dejar que los cuadrúpedos perezcan por falta de agua para sobrevivir.
También el pozo conocido como PIPILA, en clara alusión a la calle donde se hizo la horadación sobre el rio guayalejo, ha disminuido el agua que en un principio le regalaba a los palmillenses alrededor de 4 pulgadas –según lo confinaba la manguera de extracción– ahora se dice que apenas da 2 pulgadas y ello se debe a que el subsuelo cada día cuenta con menos agua para ser extraída.
Y en lo referente al pozo que se aforó en el ejido San Vicente, aún no se activa, aunque se confirma que pronto entrará en funciones cuando se coloquen las celdas solares que alimentarán de energía la bomba sumergible.
Así está la situación que priva en el municipio de Palmillas. No ha mucho de hoy los festejos de Semana Santa, se hacían en las Enramadas que se ubican en el lecho del rio guayalejo, sobre la carretera 101, donde los niños se divertían en las aguas nítidas que cruzaban por ese regato, y los adultos disfrutaban de sana convivencia familiar entre las frondosas arboledas, ahora, todo es historia, no hay ni una gota de agua en las “Enramadas”, ni para que beba una lagartija, murieron los charales, langostinos y algunas aves que se nutrían de lo que les proveía el rio.
Hoy solo se ven surcar las pipas-cisternas por los caminos de Palmillas llevando agua para que las familias se hidraten y para consumo animal.
Esto nos debe obligar a reflexionar, a no malgastar el líquido vital que aún tenemos, porque cuando nos alcance el destino sobrevendrá el apocalipsis.