Luchan contra la erosión del suelo en Tula
TULA, Tam.- En los ejidos El Sauz y Francisco Medrano, ubicados en el municipio de Tula, Tamaulipas, se realizan trabajos de conservación y restauración de suelos, ya que sufren procesos de degradación que originan las actividades humanas y que provocan que el suelo disminuya su capacidad para poder sostener ecosistemas.
El proceso de erosión comienza cuando la cobertura vegetal del terreno se remueve y el suelo queda descubierto y sin protección. Este proceso tiene dos componentes principales: desprendimiento y arrastre.
Recuperar las cuencas tiene gran importancia, ya que son el espacio geográfico donde se recoge el agua de lluvia que alimenta los ríos, lagos y acuíferos.
Para realizar obras y prácticas de conservación y restauración de suelos, se utilizan diferentes instrumentos y técnicas que buscan reducir la erosión y mejorar las condiciones físicas, químicas y biológicas del suelo. Algunos ejemplos de estas obras y prácticas son:
- Formación de cordones de material vegetal muerto existente en el terreno, resultante de aprovechamientos forestales, podas, preaclareos, aclareos o material incendiado. El acomodo de estos materiales en curvas a nivel proporciona protección al suelo, disminuye la velocidad y la caída del agua de lluvia y favorece la infiltración y la retención de humedad.
- Construcción de barreras vivas con especies como nopal y sábila que se establecen siguiendo curvas a nivel. Estas barreras evitan el movimiento de suelo durante las labores de cultivo en terrenos de ladera, y retienen el agua y los sedimentos que arrastra el escurrimiento superficial.
- Plantación de especies forestales acordes al ambiente semidesértico en hileras, sobre curvas a nivel, dispuestas de tal manera que no permitan el libre paso de escurrimientos y sedimentos. La plantación de estas especies se considera en altas densidades y su acomodo depende de la especie elegida. Se colecta el material vegetal en los meses más apropiados, según la especie de este clima semidesértico.
Estas obras qué son construidas a través de un programa con la Comisión Nacional forestal CONAFOR y vecinos de esas comunidades contribuyen a la recuperación y conservación de los suelos, lo que a su vez favorece la biodiversidad, la producción agrícola y forestal, la captación de agua y la mitigación del cambio climático.