La mentira de que los apoyos federales son para todos
TULA, Tam.- A pesar de que el gobierno federal presume de haber entregado apoyos directos a la mayoría de la población, la realidad es que muchos sectores quedan excluidos o engañados por los programas sociales que se usan claramente con fines electorales.
Según una encuesta realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 80% de los beneficiarios de los programas federales señalan al presidente Andrés Manuel López Obrador como el responsable de los recursos que reciben, sin importar el origen o el destino de los mismos.
Esta situación evidencia la falta de transparencia y rendición de cuentas en la gestión de los programas sociales, así como la intención de generar una imagen positiva del mandatario y su partido, MORENA, de cara a las próximas elecciones.
Sin embargo, no todos los habitantes de Tula se benefician de los programas federales. Hay un rango de población, los de 30 a 64 años, que no reciben ningún tipo de apoyo y que se encuentran en situación de vulnerabilidad económica y social.
Además, los programas que sí llegan a la zona del Altiplano, como Jóvenes Construyendo el Futuro, Sembrando Vida, La Escuela es Nuestra o Becas Benito Juárez, presentan diversos problemas que afectan a la calidad de vida de los beneficiarios y de la comunidad en general.
Por ejemplo, las becas Benito Juárez no tienen un mecanismo de verificación que garantice que los estudiantes beneficiados realmente asisten a la escuela, esto ha generado casos de fraude y deserción escolar, como el de los alumnos de la preparatoria popular Tula, que no reciben este apoyo.
Por otro lado, el programa Sembrando Vida ha provocado conflictos entre los campesinos por el uso del agua, un recurso escaso y vital en la región, además, la producción agrícola que se genera es mínima y no representa una fuente de ingresos sustentable para los sembradores.
Asimismo, el programa La Escuela es Nuestra ha sido criticado por la falta de fiscalización y supervisión de las obras que se realizan en los planteles educativos, muchas de estas obras son de mala calidad, no responden a las necesidades reales de las escuelas y se realizan con sobreprecios que favorecen a los contratistas.
Finalmente, el programa Jóvenes Construyendo el Futuro ha tenido un impacto negativo en el mercado laboral local, ya que muchos jóvenes prefieren recibir una beca por ser aprendices que buscar un empleo formal y capacitarse, esto ha afectado a los pequeños negocios que no encuentran personal calificado y dispuesto a trabajar.
Ante este panorama, los habitantes de Tula se sienten decepcionados y engañados por el gobierno federal, que les prometió un cambio y una transformación, pero que solo les ha traído mentiras y manipulación.