Los humanos estamos perdiendo los dientes, por evolución
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¿Estamos perdiendo dientes? La evolución de las mandíbulas humanas ha sido moldeada por cambios en la dieta y el estilo de vida a lo largo de miles de años. Investigadores están estudiando cómo estas transformaciones han afectado la estructura ósea y la dentición, con la esperanza de aplicar estos conocimientos en tratamientos odontológicos y en la regeneración de dientes perdidos. Un área de interés es la agenesia del tercer molar, más conocido como muela del juicio, cuya ausencia se ha vuelto más común en ciertas poblaciones humanas.
El estudio de la evolución de la mandíbula humana revela una estrecha relación entre la dieta y los cambios anatómicos en los huesos faciales. Según la Dra. Ekaterina Stansfield, investigadora del proyecto BioMan en la Universidad de York, la transición de un estilo de vida basado en la caza y la recolección a la agricultura tuvo un impacto directo en la estructura mandibular y los dientes.
Los cazadores-recolectores solían tener mandíbulas más robustas debido a la necesidad de masticar alimentos duros y fibrosos. Con la llegada de la agricultura hace aproximadamente 10.000 años en Oriente Próximo, los humanos comenzaron a consumir alimentos más blandos, cocinados y procesados, lo que redujo la necesidad de una mandíbula fuerte y ancha. Esta adaptación podría haber influido en la reducción del tamaño mandibular a lo largo de generaciones.
El Dr. Stansfield señala que el desarrollo de la mandíbula parece estar influenciado más por su uso que por la genética. Para comprobarlo, su equipo utiliza modelos biomecánicos para analizar cómo las fuerzas de masticación han cambiado con el tiempo y cómo estos cambios continúan en la actualidad.
Uno de los cambios más notorios en la evolución dental humana es la disminución en la presencia de las muelas del juicio o terceros molares. El profesor Paul O’Higgins, supervisor del proyecto BioMan, explica que la incidencia de la agenesia del tercer molar (es decir, la ausencia congénita de estas piezas dentales) ha aumentado significativamente en los últimos siglos.
Los estudios muestran que la ausencia de estos dientes varía entre poblaciones. En África, la frecuencia de agenesia M3 es relativamente baja, mientras que en algunas regiones de Asia, incluyendo Japón, India, Turquía, Israel e Irak, la incidencia es más alta. La relación entre el tamaño de los molares y la agenesia M3 sugiere que la reducción en el tamaño de los dientes podría ser un factor clave en esta transformación evolutiva.
Curiosamente, las mujeres tienen un 14 % más de probabilidades de carecer de muelas del juicio que los hombres, según un estudio de Carter y Worthington. Este fenómeno podría estar relacionado con diferencias en el tamaño de los dientes entre sexos, aunque su explicación exacta sigue siendo un tema de debate en la antropología biológica.
¿Evolución o adaptación?
La creciente frecuencia de la agenesia de las muelas del juicio plantea la cuestión de si se trata de un cambio evolutivo favorecido por la selección natural o simplemente un efecto colateral de la reducción del tamaño de la mandíbula. Algunos investigadores han explorado la posibilidad de que la selección sexual haya jugado un papel en este proceso, considerando que una dentadura menos apiñada podría haber sido un rasgo preferido en el apareamiento.
Sin embargo, otros argumentan que el entorno moderno también podría estar influyendo en este cambio. Algunos estudios han detectado diferencias en la incidencia de la agenesia M3 dentro de una misma área geográfica entre personas de diferentes orígenes étnicos, como ocurre en Singapur con sus poblaciones china, malaya e india. No obstante, no se ha evaluado en profundidad cómo este rasgo se transmite en generaciones de inmigrantes en nuevos entornos.
Si bien la genética juega un papel en la formación de los dientes, aún no está claro hasta qué punto la ausencia de muelas del juicio es producto de la evolución biológica o de la plasticidad del desarrollo en respuesta a un entorno cambiante.
El estudio de la evolución de la mandíbula humana y la desaparición de las muelas del juicio ofrece valiosas perspectivas sobre cómo la dieta y el estilo de vida han influido en nuestra biología. Si bien todavía hay muchas incógnitas sobre el papel exacto de la selección natural en la agenesia del tercer molar, estos hallazgos podrían tener aplicaciones médicas significativas, desde la mejora de tratamientos dentales hasta la regeneración de dientes perdidos en el futuro.