Viaja de “mosca” y quiere conducir
Por Felipe Martínez Chávez
Cd. Victoria, Tamaulipas.- En lenguaje coloquial se dice que alguien viaja de “mosca,” cuando se trepa a las pegadas o en el estribo de un medio de transporte.
Son aquellos (y aquellas, ahora con la igualdad de género) que se suben de gorra a un vehículo, la mayor de las veces sin el consentimiento de los operadores. Digamos que en la clandestinidad.
La modalidad de “raid” cuando de perdido piden la atención del conductor.
Viene el agregado de “mosca gandalla” al pretender tomar el control de la unidad a la que se treparon y exigir derechos. O sinvergüenzas si es que hablamos en lenguaje más llano.
Valga el ejemplo, bien claro, por la actuación de la señora Maki Ortiz Domínguez, quien hace algunos meses se trepó de “gorra” al tren Morena, en su objetivo de utilizarlo para llegar de a gratis al Palacio del 15 Hidalgo y Juárez.
La acababan de botar del expreso panista donde ocupó asiento de lujo por 20 años, a lo cual sigue en litigio porque alega que ella se bajó por voluntad propia y no por exigencia de los conductores.
Pues bien, en Morena, ni militante ni invitada y, cuando la bajaron del escribo en cabús, pregonó la exigencia de derechos y hasta seguro de vida por un eventual accidente.
Al ser descubierta en su viaje clandestino, los jerarcas de la 4T le hicieron el favor de un “raid” a la final de la competencia interna. Le dieron uno de los siete asientos principales.
Al final la echaron por falta de méritos. Se puso al brinco y exige volver y tomar el control del convoy como cualquier vulgar asaltante.
La Doña acaba de concurrir al Tribunal Electoral de la Federación (TRIFE) ¿para qué? quiere ser la candidata a Gobernadora por las siglas morenistas, donde ya van completos con su timonel y tripulación.
Quiere que el CEN de Morena, la Comisión Nacional de Elecciones y la Comisión Nacional de Encuestas, le expliquen si hubo o no convocatoria al proceso “de selección de candidato a Gobernador de Tamaulipas”.
La “mosca” quiere que le digan como es que nombraron al coordinador de Defensa de la Cuarta Transformación en Tamaulipas (que ya es Américo Villarreal Anaya), la metodología de los resultados de encuesta y estudios de opinión, “para determinar el perfil idóneo”.
De plano quiere el control total del gusano de acero, cuando pide que le expliquen con manzanitas los criterios de competitividad en razón de género, para determinar al futuro candidato a Gobernador.
Además el acuerdo de la Comisión de Elecciones, mediante el cual emitió el dictamen de registro para el proceso interno de selección, y por qué un solo coordinador de defensa en Tamaulipas.
Habla de la “precandidatura única” de Villarreal Anaya cuando, si ella viajara legalmente en las siglas del guinda, supiera que no tienen precandidato sino la figura –legal- de alguien que une esfuerzos en pro de la 4T, un método muy diferente al del PAN donde ella viajó por largos años.
El asunto acaba de entrar al Tribunal. En su tiempo veremos en calidad de qué acudió al juicio ciudadano. Se le ha dado el número de expediente SUP-JDC-1467/2021.
Caso parecido al de un tipo, forastero él porque no nació en Tamaulipas ni vive aquí, que exige que lo conviden rumbo al Palacio de Gobierno por haber sido precandidato (que solo existió en su cabecita), olvidando muy pronto que recibió instrucciones de sumarse a uno de sus compadres para aspirar a “la grande” en el 2024.
Total que la condición humana es ingrata y los gandallas no tienen jefecita, son huérfanos.
Sin salirnos del tema de la sucesión gubernamental, hay que felicitar a Don Jesús Antonio “El Arabe” Nader, alcalde jaibo, por atreverse a desafiar al jefe político que tomará la decisión (unilateral) sobre el candidato a sucederlo.
Es “tirarle patadas al balancín” pero merece reconocimiento. Sabe que habrá “dedazo” y, con mucha fineza solicitó al que manda que tome como ejemplo la selección del futuro abanderado de Morena, por encuestas, certeza y en piso parejo.
Sabe que no será el candidato –aunque tampoco es el mejor posicionado-, pero no quiere “romper” con quien lo hizo dos veces alcalde. En nueve meses lo puede incomodar.
“Los panistas quieren que se haga de manera transparente”, dijo a los medios respecto a la selección del panista que encabezará la lucha política que viene ¿cuarteadura azul?.
Dicho mensaje no debe haber caído muy bien en Palacio, menos que intervenga el CEN como árbitro a través de encuestadoras creíbles y de talla nacional. Es como pedir que la decisión deje de tomarse en lo doméstico.
Entre más dejan pasar el tiempo, el PAN pierde oportunidad de competencia. Les urge tener candidato. Pueden surgir diferencias insalvables a nivel de cancha.
Necesitan expedir convocatoria y formalizar a César Augusto “Truco” Verástegui por cualquier vía, despejar dudas, la incertidumbre de que el premio se lo pueden llevar el jaibo o el hermano senador.