Es inmortal la obra del cronista Bustamantense
Bustamante.- Emprendió el viaje sin retorno J. León Rodriguez Zúñiga. En vida se le reconoció por ser una persona sencilla, culta, ello se comenta no solo en Bustamante donde dejó enterrado el ombligo, sino en todo Tamaulipas y, por supuesto a nivel Nacional, donde se atesora su obra como cronista de un conglomerado humano pletórico de acontecimientos históricos los cuales contó de una manera, amena y ágil.
No solo fue autoridad en historia, también era versado en varias disciplinas como geografía, antropología, sociología etc. y sin dejar de un lado la literatura universal donde en uno de sus más de 10 libros editados tocó pasajes bíblicos, así como las tragedia griegas, además narró de una manera magistral la actividad de las musas de la mitología griega (la real academia española las define musas como fuente de inspiración en las artes o las ciencias) a decir; Calíope, Erato, Euterpe, Melpómene, Polimnia, Talía, Terpsícore Urania y Clío que era la musa de la historia.
Y, si se demostró que Clío inspiró al Profesor J. León, de una forma excepcional, hasta se podría decir que la musa de la historia, tomó la mano del cronista para que narrara los hechos acaecidos en el pasado de Bustamante.
Gracias por habernos dedicado varios de sus libros, en ocasiones, disentí de la narrativa que era blasón de J. León, pero siempre fue muy amable conmigo y además consecuente, se prestaba al dialogo.
En alguna ocasión pergeñé algunos comentarios quizá inapropiados del General y Profesor Alberto Carrera Torres, al que considere de poco carácter porque su mamá doña Juana Torres, era quien verdaderamente mandaba en las tropas rebeldes, inclusive ella, procedía como la encargada de avituallar de manera muy paupérrima a las huestes “carreristas” y con vehemencia León Rodriguez, la defendía argumentando que la madre del general era de carácter muy fuerte fue ella quien le forjó el temple al revolucionario. En lo que si estuve al 100 % coincidente con el cronista, fue en que demostró ser un hombre de carácter, que estaba consciente que algo fatal le podría suceder como adalid revolucionario y, se demostró, porque llegó enhiesto al encuentro de la muerte cuando la patria reclamaba de sacrificios… cuando lo llevaron al paredón, feneció con gallardía, con sus criadillas bien puestas y demostrando no haberse equivocado al tomar las armas para buscar un México mejor.
En los últimos meses de su exigencia tuvimos J. León y el que esto escribe, mucha comunicación, principalmente vía telefónica, de su sapientísimo mapa de Bustamante que guardaba en su cerebro, abrevamos en varias ocasiones para elaborar notas con precisión, sobre el acontecer de esta comunidad y de la geografía local.
Casi al final de su exitencia se dedicó a seguir confeccionando libros y, construir una <casa de retiro> (misma que no disfrutó) ubicada en la sierra Madre precisamente en el camino al ejido Bustamante e intersección con la brecha a Gabino Vázquez que denominó <MIRADOR DOÑA NINFA> la construcción define un estilo colonial (no así la casa- habitación) aprovecho la orografía en su más sobresaliente relieve terrestre y construyó una represa, única en su estilo, ya que la base natural fue el aprovechamiento de las rocas ígneas que dan una magnifica panorámica digna de que los turistas tomen gráficas.
Podríamos extendernos más sobre la vida y obra del maestro J. León Rodriguez Zúñiga, pero dejaremos en el tintero algunas otras expresiones.
Descanse en Paz el cronista vitalicio de Bustamante J. León Rodríguez Zúñiga.