¡Alerta Amber: ¿Dónde está el diputado Frank Hernández?

En el distrito que lo encumbró con votos históricos, el honorable Frank Hernández Niño brilla por su ausencia. ¿O acaso sus electores no merecen más que verlo en boletines gubernamentales posando como modelo de guayaberas impecables? Ahí está, en fotos estrategias: hoy como vaquero de salón, mañana como promotor turístico en Nuevo Laredo —tan lejos de Tula como el compromiso de su discurso—.
Mientras Tula arde (literalmente), el diputado estrella se esfuma. Incendios, cosechas de maíz reducidas a ceniza y familias desesperadas… ¿Su posicionamiento? Un silencio tan elocuente como su ausencia. Ni un recurso, ni una reunión, ni siquiera un tuit de condolencias. Pero ¡qué importa! Su mano derecha, el eficientísimo Omar Méndez, ya controla el aparato electoral repartiendo despensas con la delicadeza de un ultimátum: “La comida llega si el voto es para Frank”.
El pueblo bueno, ese que lo llevó al curul, todavía espera con entusiasmo que algún día su diputado recuerde que existe. Quizá, en un rapto de generosidad, Frank podría regalar un litro de pintura para una escuela o una pelota para los deportistas.
¡Gran gesto para quien acumula más fotos que soluciones en seis meses de “trabajo”! Eso sí, su ambición es incuestionable: ya se ve como el próximo presidente municipal de Tula, bendecido por la Avanzada Tamaulipeca y su red de compadrazgos.
Mientras tanto, Francisco Hernández Niño juega a las escondidillas con su cargo. Pero tranquilos: cuando decida regresar, lo hará cual Cid Campeador, cabalgando sobre promesas vencidas y cobijado por la corona de su propio mito. Eso sí, con la guayabera impecable y una sonrisa para el boletín de rigor.