Competencia democrática
Por: José Efraín Caballero Sevilla
No cabe duda, que la competencia en los distintos ámbitos, tiende a mejorar el desenvolvimiento de los actores, tanto económicos, políticos y hasta deportivos, buscando posicionarse en la cúspide de sus distintas áreas en las que participan.
En el ámbito económico, cuando existe competencia, las empresas deben rivalizar entre sí, ofreciendo más y mejores productos, a mejores precios, para posicionarse en el mercado.
Es por ello, que se combaten los monopolios, ya que estos por lo regular tienden a corromper la calidad, la competitividad y la eficacia.
Un factor que ha quedado de manifiesto, es que la competencia cuando llega a la política, esta repercute en mejores ofertas público – administrativas, y en consecuencia una mayor calidad de vida para los ciudadanos.
Esto sucede de manera más notable, en los países con las mayores democracias del mundo, donde la ciudadanía es más participativa en este rubro, contando con mayores índices de desarrollo.
Esto lo podemos cotejar brevemente, según el estudio del Índice de Democracia de la Unidad de Inteligencia de The Economist del año 2019, que da a conocer que los países Noruega, Islandia, Suecia, Nueva Zelanda y Finlandia son los países con las mejores democracias del mundo, en ese orden del primero al quinto lugar.
A la par, sus modelos de desarrollo son de los más altos del mundo, tanto en el área educativa, como salud, y en los ingresos per cápita de los ciudadanos, entre otros.
En su defecto, los países con las peores democracias, son Chad, Siria, República Centroafricana, República Democrática del Congo y Corea del Norte, que son países del tercer mundo; su desarrollo es tan malo, que se violan constantemente los derechos humanos de sus ciudadanos.
Lo mejor que le puede suceder a una nación, es contar con diversas fuerzas políticas, que vigoricen las ofertas político administrativas, y de manera democrática, el ciudadano opte por el perfil que mayor convenga a sus intereses.
El grado de democracia que ha vivido nuestro país, México, se puede igualmente medir de acuerdo a sus avances en el transcurso de su sus años, como una nación libre, soberana y democrática.
Podemos citar que inicialmente contó con la aparición de un Partido Nacional Revolucionario, que posteriormente cambió su denominación, como Partido Revolucionario Institucional, llevando a México a ser una de las economías en vías de desarrollo, más importantes en su época en el siglo pasado.
Posteriormente, iniciando el siglo XXI, se da una alternancia partidista, hacia el Partido Acción Nacional, orientando sus políticas económicas a favorecer a la clase empresarial, destacándose en sus políticas sociales, el “Seguro Popular”.
El partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) es quien actualmente cuenta con el Poder Ejecutivo Federal, dirigiendo sus políticas económicas y sociales, a favorecer a la clase trabajadora buscando fortalecer su poder adquisitivo, mediante el incremento gradual al salario mínimo, además de apoyos a estudiantes y sectores vulnerables.
La competencia actual que viven los partidos más representativos de México, le ha otorgado a nuestro país una mayor oferta político – administrativa, siendo por hoy superada por Morena, según los resultados de las últimas elecciones, ante la amplia simpatía de los ciudadanos.
Es deseable, que los partidos políticos en lugar de oponerse por default a todo lo que su competencia ofrezca, mejoren sus propuestas hacia el electorado, ya que ese será su principal oferta de servicio, para el gran público, teniendo como objetivo posicionar a México hacia el desarrollo, mediante una creciente democracia.
Amigo lector, le deseo un excelente inicio de semana
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