¿Dónde queda la riqueza histórica de Tula?

Redacción.-
Tultecos exigen frenar el saqueo y conservar su patrimonio
Tula, Tamaulipas Conocido como un municipio de profunda historia, cultura y tradiciones, este municipio ha sido escenario de importantes hallazgos arqueológicos y paleontológicos que no solo tienen relevancia para Tamaulipas, sino para todo México, e incluso para la historia mundial. Sin embargo, persiste una incómoda pregunta: ¿dónde termina toda esa riqueza?
Ejemplos sobran. En las alturas de “Las Joyas” fueron encontrados restos humanos considerados de los más antiguos del noreste de México, que replanteaban la llegada del hombre a la región. Cerca del ejido Francisco Villa, en el arroyo de La Muralla, aparecieron restos de mamut, equinos y camellos. Durante la construcción de la autopista Mante–Ocampo–Tula, se localizó un cementerio prehispánico cerca de la congregación San José de las Flores.
En el propio Pueblo Mágico se han descubierto cuevas, catacumbas y, en la Sierra de Ocampo, tesoros legendarios como armas y monedas de oro atribuidas a los carreristas. Incluso, durante la remodelación del primer cuadro histórico y en trabajos en la Parroquia de San Antonio de Padua, se hallaron tumbas y piezas de gran valor histórico, así como los rumores constantes de riquezas revolucionarias en la Sierra de Nahola.
Sin embargo, la constante es la misma: tras cada hallazgo, llegan antropólogos, trabajadores o personas no identificadas, y los restos, objetos y tesoros desaparecen. No hay registro público claro sobre su destino, ni exhibiciones locales que permitan a los tultecos y visitantes conocer este legado.
En el municipio no existe un museo que resguarde y muestre estos vestigios, pese a que podrían convertirse en un pilar para la identidad cultural y el turismo histórico de la región. Habitantes denuncian que se ha permitido, por omisión o falta de vigilancia, el saqueo sistemático de su patrimonio, beneficiando a terceros mientras Tula queda sin nada tangible que narre su historia milenaria.
Cada vez más ciudadanos expresan su hartazgo y advierten que no están dispuestos a esperar con paciencia. Se preparan para organizarse y evitar que el saqueo continúe, no por interés económico, sino para que las futuras generaciones tengan acceso a la verdadera riqueza histórica de su Pueblo Mágico.
La pregunta sigue abierta: ¿quiénes se han beneficiado de estos tesoros y por qué Tula sigue sin conservar, en casa, la memoria de su pasado?