Ejidos en riesgo de desaparecer en Jaumave y el Altiplano Tamaulipeco
Redacción.-
En la región del Altiplano, particularmente en Jaumave, persiste una creciente preocupación por el futuro de los ejidos, figuras fundamentales de la propiedad social que hoy enfrentan un proceso de abandono y desinterés generacional.
Uno de los principales factores es la falta de interés de las nuevas generaciones en heredar parcelas o porciones del predio de uso común. Muchos jóvenes ni siquiera acuden al Registro Agrario Nacional (RAN) para abrir la lista de sucesores, herramienta clave para garantizar la continuidad en la tenencia legal de la tierra. Esta lista da prioridad al primer sucesor designado, pero en la práctica, muchos no se inscriben o desconocen el proceso.
Además, un número importante de ejidatarios se encuentra radicando en Estados Unidos y no participa en las asambleas para la renovación de autoridades, debilitando aún más el tejido organizativo de los ejidos.
Casos como el del Ejido Emiliano Zapata, fundado tras una larga lucha encabezada por don Lázaro Palomo contra los terratenientes Vértiz, hoy forma parte de la mancha urbana de Jaumave, perdiendo poco a poco su carácter rural y productivo. Lo mismo ocurre con Pascual Orozco, otro ejido limítrofe que prácticamente ha desaparecido. Son pocos los que aún siembran sus parcelas; muchos han migrado o viven ya en la cabecera municipal. La mayoría de las tierras han sido arrendadas a productores de limón, lo que reduce aún más el arraigo de los propietarios.
La falta de un plan de rescate o modernización del campo y del sistema ejidal pone en riesgo una de las conquistas más importantes de la Revolución Mexicana: la propiedad social de la tierra, establecida y consolidada durante el gobierno de Lázaro Cárdenas del Río.
La desaparición paulatina de los ejidos no solo afecta la producción agrícola, sino que también representa una pérdida de identidad histórica, cultural y comunitaria.