El Inquisidor: Altiplano en Campaña… Perdón, en Informe

 El Inquisidor: Altiplano en Campaña… Perdón, en Informe

Redacción.-

Se acabó el verano y con él las selfies en la playa, en pueblos mágicos del bajio o en ciudades de la Union Americana, ahora, los alcaldes del Altiplano se preparan para su primer informe de gobierno… o mejor dicho, para su primer casting político rumbo al 2027.

Porque, seamos francos, aquí no se trata solo de decir cuántos baches se taparon, sino de aparecer en la foto correcta, con la gente correcta y en el partido correcto.

En MORENA, el primero que dijo “¡yo quiero!” fue el diputado local Francisco Hernández Niño. El problema es que su campaña hasta ahora parece un capítulo de Desaparecidos: no se le ve, no se le escucha y, en temas delicados como la autopista del Bienestar, los impuestos a las remesas de Los paisanos que mantienen a flote la economía del altiplano, su silencio ha sido tan cómodo como sospechoso, en cambio Don Juan de Dios Castillo, por su parte, avanza con paso de procesión y la bandera de la “avanzada educativa” —que por ahora educa más a la paciencia que a otra cosa—. Y, sorpresa, despertó Elías Carreón, que bajo el manto verde del PVEM y con la bendición (o el beso del diablo) del exalcalde Juan Andrés Díaz Cruz, busca convertirse en candidato real.

Del lado del gobierno actual, la cosa parece un episodio de Game of Sillas: el síndico Rigoberto Puente, los herederos del tesorero (o sea sus pichones) Rafael Aguilar, el mandamás de Obras Públicas Eleazar Fortuna y el secretario del Ayuntamiento, José Luis Galnarez, todos formados para recibir la bendición guinda. Y aunque en Victoria les dijeron que nada de nepotismo y mucha honradez, aquí todos sabemos que esos principios en política duran lo que una promesa de campaña.

El PAN, alicaído pero terco, también mueve sus fichas. Ahí está Vanessa Sánchez, ex tesorera, que presume madrina en la frontera y que, si le sale el cálculo, podría ser la carta blanquiazul. Y como las viejas glorias nunca mueren, el exalcalde Antonio Leija Villarreal reapareció con visitas a ejidos y su carisma intacto, demostrando que la popularidad, a veces, es a prueba de escándalos.

En otros lares del Altiplano Tamaulipeco el poder femenino también se alista: Maricela Rodríguez en Bustamante ya luce uniforme guinda, segura y confiada que su proyecto político avanza; Sindy Monita en Palmillas, bendecida por el apellido sin mayor aspavientos presentará su informe con los avances que ha habido en su municipio y Gladis Vargas en Miquihuana si bien no es la preferida del gobierno del estado aún así preparan sus informe, presumiendo que si hay obras Y si hay acciones en beneficio de que menos tienen, no como otros… y que ojalá no terminen en la clásica lista de “lo que quisimos hacer, pero no alcanzó el presupuesto”.

Y en Jaumave, Manuel Báez Martínez sigue en plan estrella, con el respaldo visible del gobernador Américo Villarreal Anaya, ha convertido su municipio en consentido de la administración estatal. Tanto así, que todos los demás del altiplano lo miran con cierta envidia… o tentación.

En resumen: el Altiplano vuelve de vacaciones, pero la política nunca las tuvo. Los informes son apenas el pretexto; el verdadero guion ya está escrito y se llama “quién se queda con la silla”. Y aquí, todos quieren salir en la foto… aunque sea en la esquina.

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