El mazo del Decidor
Las traiciones, golpes bajos y zancadillas están a todo lo que dan en el más grande circo, también conocido como Congreso del Estado de Tamaulipas.
Desde el inicio de la actual legislatura, Morena se quedó sin dos legisladoras; poco tiempo después, otras dos se le fueron. Las dos primeras a los brazos del PAN y las otras dos se declararon sin partido.
Luego, una más de morena se sumó al PAN y perdieron hasta la máxima dirección política en ese órgano. A Morena le llovía tupido.
Recientemente, dos traidorzuelas regresaron a los brazos de papá Morena: Leticia Sánchez y Nayeli Lara.
Ese es un “chapulineo legislativo”, ni más ni menos. La traición en su máxima expresión. Qué bajeza!!
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Y en tanto, en otro órgano de los poderes de Tamaulipas, el Supremo Tribunal de Justicia también hubo enroque de fichas.
El magistrado Horacio Ortiz Renán dejó la presidencia del Poder Judicial co algunos días de anticipación y le cede el lugar al también magistrado David Cerda.
No tiene lógica un cambio de esa naturaleza a estas alturas, pues si con eso se piensa que a la llegada del nuevo gobierno prevalecerán esos cambios, pues es una ingenuidad monumental.
Claro que no pervivirá ese cambio, pues ya hay antecedentes de un caso similar y fue cuando Hernán de la Garza presidía el Poder Judicial, a la llegada del actual gobernador, amablemente le pidieron que se hiciera a un ladito para dejarle el cargo, precisamente, a Horacio Ortiz. La historia se va a repetir.
De manera que ese cambio reviste una enorme ingenuidad. Solo durará un breve tiempo.
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Hace no muchos años, las llamadas “ceremonias del grito de independencia”, eran espacios para que la población acudiera a pasar unos momentos agradables, comer antojitos mexicanos, comer un elote, pasear y disfrutar de los juegos pirotécnicos.
Nunca ameritó que se contrataran agrupaciones musicales de renombre para garantizar la presencia de la población. Al contrario, eran escaparates para ver a os conjuntos típicos, a los cantantes regionales y a los locales y el público lo aceptaba de buen agrado.
Ahora eso cambió y se hacen unas absurdas competencias de ver a quién traen para el momento musical máximo.
Bueno, hasta llegamos al extremo de tener dos “gritos” a unos metros uno de otro.
Se respetará la “autonomía municipal” el próximo año y se volverán a ver otros dos gritos simultáneos?