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Existió un hombre allá por el siglo XVI.

 Existió un hombre allá por el siglo XVI.

28- abril- 2022

Existió un hombre allá por el siglo XVI, dedicado al estudio, a la observación de los astros, la reflexión sobre el cosmos y del mundo. Galileo Galilei, que mediante cálculos matemáticos e investigaciones pudo entender que la Tierra no era el centro del Universo como lo expresaban quienes creían tener el canon del conocimiento, logro dilucidarla como un astro el cual giraba alrededor del astro Rey, el Sol. Sorprendido por lo que había descubierto fue ante el Gobierno eclesiástico esperando razonar sus conclusiones, sin embargo, estas fueron rechazadas, minimizadas y severamente cuestionadas. Tal vez por ir en contra del mandato divino creído único e irrefutable de aquella época, o tal vez por miedo a perder poder por el desprestigio que podría causar su equivocación en la sociedad del medioevo. Los tribunales de la inquisición le llamaron y pidieron se retractara de sus afirmaciones, así su vida y alma podría ser perdonada, aunque lograron su cometido fue tachado como hereje y exiliado de por vida. Momentos antes del abandono del templo inquisitorio, en un acto de sensatez y rebeldía expresó: “Eppur si muove”, y sin embargo se mueve, destacando una verdad que años más tarde sería considerada un hecho y no un mero acto especulativo.

Hoy, 600 años más tarde de los pronunciamientos de Galileo, el método que logra trascender su época refutando la verdad doctrinaria sigue siendo cuestionado o poco valorado. Las decisiones de quienes cuentan con el poder parecieran ser tomadas bajo sesgo y poca comprensión, más a consideración de sus propios intereses o aspiraciones románticas y menos hacia las cuestiones tangibles que importan atender. Si bien Galileo aporto comprensión del humano hacia el cosmos, hoy existe quienes aportan comprensión hacia problemas como el Cambio Climático, la Desertificación de los Bosques, o la Desigualdad Social. En aquel entonces el pensador acudió a los tribunales a expresar sus conclusiones, hoy hay quienes se han manifestado para poner sobre el mapa temas de vital importancia, ya no solo para la comprensión del lugar humano en el Universo, sino para la continuidad de la vida como la conocemos en nuestra casa común, la Tierra.

En pleno siglo XXI parecieran las cosas ser similares que en el siglo XVI, los Gobiernos siguen negando una mejora en la toma de decisiones para favorecer a cuantos más humanos y especies se pueda. La diferencia radica en el problema, a Galileo le preocupaba una cuestión intelectual si así se quiere, lo que hoy preocupa es la estabilidad del planeta entero, las especies que habitan el globo están en riesgo de vivir sus últimos momentos. Los problemas ambientales por los que hoy pasamos son consecuencia de nuestra relación con la naturaleza, la cual la ciencia nos ha venido advirtiendo desde hace tiempo sobre la contingencia que se avecina, y de hecho, ya es presente. 

El método científico, la reflexión y el cuestionamiento de la realidad favorece que podamos tomar caminos que contemplen mejoras en las condiciones de vida planetaria. Para ello, los Gobiernos ocupan voltear a ver dichas verdades y poner atención a quienes mediante la ciencia buscan favorecer el rumbo que la sociedad toma. De no ser así, y la voz de la ciencia sea silenciada, quienes procuran la verdad recordarán al gran Galileo que, aunque el viento no hacía en popa a su favor manifestó, “Eppur si muove”, no quedándose callados y exigiendo justicia hacia el planeta Tierra. La esperanza nunca muere, aunque a diferencia de Galileo no podemos esperar siglos para ver como la sociedad reacciona, el reloj transcurre y con el las esperanzas de poder conservar la integridad de este planeta tal cual la conocemos.

Actuemos ahora, unamos la voz por la Tierra.

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