¿FUE MISOGINO DECIRLE “NIÑA”?Columna: “Conciencia Ciudadana”Por: Luis Armando González Isas

A veces pienso en cómo las palabras construyen realidades. Llamar “niña” a tu hija en casa es un gesto de cariño; llamarle “la niña del Congreso” a una diputada electa por miles de personas, en cambio, no lo veo como algo inocente. Hay algo que hiere en esa condescendencia, una intención de minimizar la autoridad de alguien que ha trabajado y ganado su espacio.
Este fue el caso de Katalyna Méndez Cepeda, diputada morenista, quien denunció al dirigente estatal del PVEM, Manuel Muñoz Cano, por violencia política en razón de género. Al escucharla, no puedo evitar sentir que tiene toda la razón: nunca se le habría dicho “niño” a un legislador hombre de su misma edad. No es solo una cuestión de palabras, es una cuestión de respeto y reconocimiento. El lenguaje no solo describe la realidad, también la moldea.
Reflexionando sobre esto, recordé otros episodios que nos muestran la fragilidad de nuestras instituciones y la urgencia de la responsabilidad. En la Ciudad de México, la Secretaría de Salud dio por muerta por error a Alicia Matías Teodoro, la abuelita que salvó a su nieta en la explosión de una pipa en Iztapalapa. La mujer sigue con vida, aunque en estado crítico. Este error evidencia cómo la falta de rigor institucional puede agravar un dolor ya profundo.
En Tamaulipas, los colectivos de búsqueda de desaparecidos fueron finalmente recibidos por el gobernador Américo Villarreal Anaya. Fue un gesto importante, pero aún quedan muchas familias esperando acciones concretas y resultados reales. Esperemos una pronta intervencion ya que la
mayoria de las veces a los que menos tienen y pueden la justicia tarda en llegar.
Incluso en Estados Unidos, un caso aparentemente cerrado me hizo reflexionar sobre el poder de la comunidad: Tyler Robinson, presunto homicida del activista conservador Charlie Kirk, se entregó gracias a la intervención de su padre y de un pastor de jóvenes. Allí comprendí que, a veces, la acción comunitaria puede lograr lo que las instituciones no alcanzan: prevenir tragedias y abrir caminos hacia la justicia.
En medio de tanta fragilidad, también hay motivos para la esperanza. El Instituto de Defensoría Pública de Tamaulipas realizó jornadas de visitas carcelarias en Ciudad Victoria, atendiendo a decenas de personas privadas de la libertad. Vi en eso algo fundamental: cuando hay voluntad y compromiso, las instituciones pueden proteger derechos y devolver dignidad a quienes más lo necesitan.
Al final, todos estos episodios me hacen pensar que, más allá del debate sobre si fue misógino decirle “niña” a una diputada, lo que realmente importa es la cultura del respeto, la responsabilidad y la justicia. Cada palabra y cada acción cuentan, y mientras no lo entendamos así, seguiremos viendo errores que lastiman a personas y comunidades enteras.
¿Fue misógino decirle “niña” a Katalyna Méndez? No puedo responder por todos, pero sí sé que México necesita liderazgos e instituciones que valoren la vida, la dignidad y la justicia por encima de todo. Y eso, en mi opinión, debería estar por encima de cualquier palabra.
Por hoy es todo. Les deseo una noche muy mexicana con un grito alegre, y me despido saludando hasta Nuevo Laredo, Tamaulipas, al inquieto pero disciplinado Isaías González, director de la Radiodifusora MX 104.7 FM fiel lector de esta columna de opinión.
LAGI
@destacar