La guerra por el agua comenzó
Por Perla Anzúa Martínez
La escasez de agua en Tamaulipas y el país entero, muestra en los últimos meses un paisaje apocalíptico de una guerra inevitable por el vital líquido.
El panorama de la impactante imagen que circuló en redes sociales del gobernador de Nuevo León, Samuel García y la presa Cerro Prieto completamente vacía, así como la ausencia de hielo y agua embotellada en las cadenas de tiendas de conveniencia en el vecino estado; está a la vuelta de la esquina de vivirse en Tamaulipas.
El agua será un detonante para generar discordia o convergencia entre estos estados del norte, y dependerá de la relación, estrategia y voluntad política que exista entre ambos gobiernos.
El fin de semana con la llegada del período vacacional de la burocracia, se empezó a notar la ausencia de hielo y botellas con agua en un par de tiendas de la “esquina”.
La COMAPA Victoria, sigue trabajando para cumplir en tiempo y forma con los “tandeos”, sin embargo se trata de una labor titánica que no siempre puede lograrse en los tiempos marcados.
Entre esos esfuerzos soy testigo de cómo a la brevedad, la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado Público capitalina, ha resuelto la escasez de agua en los planteles educativos.
Hace unos días, lo experimentaron en las primarias ‘Ignacio Zaragoza’ del ejido la Misión y ‘Antonio Eleodoro Vélez Castro’, en la colonia Presita, en donde la pipa tardó en llegar menos de 15 minutos para poder suministrar el líquido tan necesario para continuar con la tarea educativa.
Lamentablemente el dios Tláloc aún no hace su magia y la falta de precipitaciones pluviales no ayuda para alimentar las presas.
¡SÍ HAY AGUA EN TAMAULIPAS!
Américo Villarreal Anaya, no la tiene nada fácil, pero está comprometido con resolver el problema de escasez del agua.
En rueda de prensa este lunes en ciudad Victoria, el doctor reiteró dicho compromiso que hizo en campaña con la sociedad victorense, para dar continuidad a la obra que su finado padre Américo Villarreal Guerra, siendo gobernador, inició en la capital.
La herencia paterna de Américo y el compromiso con el pueblo capitalino, es dar continuidad al proyecto; concluir la segunda parte del acueducto ‘Guadalupe Victoria’.
“Se va a consolidar el proyecto de la segunda parte del acueducto para tener seguridad hídrica más allá del 2050”, dijo.
Villarreal Anaya reiteró que hay suficiente agua para el consumo y desarrollo social de nuestra capital, el problema está en el bombeo, por lo cual habló de incrementar la capacidad, a pesar de que los niveles de la presa se encuentren bajos.
“Estamos haciendo otra propuesta de un gran proyecto también de un acueducto que nos puede traer agua del Pánuco, pero a los tamaulipecos y hacia las presas Marte R. Gómez y Falcón, para rescatar nuestra capacidad de producción agrícola de los distritos 025, 026, 08 en Abasolo y que eso podamos volver a ser en Tamaulipas y enorgullecernos de ser el granero de México”, puntualizó.
¿VECINOS INCÓMODOS?
El problema de la falta de agua, le reitero mi valiosísimo lector, podría generar enemistad o alianza entre Tamaulipas y Nuevo León, sin embargo el gobernador electo de Morena, ha dado muestra que entre la relación de su gobierno y el de Samuel García, va a imperar un esquema de cooperación e integración, buscando siempre el bienestar de todas y todos los tamaulipecos.
Así que en lugar de elegir convertirnos en los vecinos incómodos e iniciar una guerra por el agua con los de a ‘lado’, el doctor Américo y Samuel García, optaron por ser aliados.
El 13 de julio ambos gobernadores establecieron un pacto para la creación de mesas de agua y seguridad privilegiando la paz entre los estados norteños.
En el mundo entero la falta de agua es una realidad que está siendo motivo de guerras entre vecinos.
Incluso aquí, en este bello rincón del mundo el hecho de que unos vecinos tengan la capacidad económica para instalar una bomba hidráulica, está generando malestar en aquellos que se encuentran en el dilema de invertir en una y pagar por su instalación o comprar la despensa básica. Pues los que tienen las “bombas” están extrayendo para sus hogares más agua que los que no pueden adquirir una.
Hace un par de décadas siendo niña; usted dirá; ¡ya llovió!, pero a mí me parece que fue ayer. Tomábamos agua del grifo con la misma normalidad que respiramos. Cuando escuchaba algunos adultos fatalistas decir que algún día, en el fin de los tiempos, el agua se iba a vender en botellas como se vendían los refrescos y que las guerras ya no serían por territorio y armas, si no por agua; se me erizaba la piel de solo imaginarlo. En el tiempo presente el agua se vende en botellas, garrafones, pipas y hasta en galones.
Hoy vemos como la disputa apenas comienza; pero esa es mi nada humilde opinión de un tema del que hay mucho por decir y del cual, usted tiene la última palabra.
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