Psicosis sobre la Brigada “Pedro J. Méndez”
Por Felipe Martínez Chávez
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Vaya que este miércoles la autoridad estatal hizo esfuerzos por generar psicosis entre la población capitalina, respecto a la marcha que miembros de la Brigada Cívica Pedro J. Méndez emprendieron desde el municipio de Hidalgo.
En base a rumores, la idea fue generar duda, incertidumbre, miedo sobre las intenciones de los autodefensas, y por poco lo logran. Dependencias estatales “empujaron” y dieron libre la tarde a sus empleados para que se “resguardaran” en casa en espera de los balazos y la “toma” de edificios.
Sin fuente informativa y viajando a velocidad del Demonio, el rumor es buen instrumento para generar caos en cualquier entorno social.
Poco faltó que alguien dijera que venían “a comer niños” luego de secuestrar a sus padres.
Como parte del “operativo”, recintos de los tres poderes incrementaron la seguridad con más elementos policiacos como el Congreso del Estado, Tribunal de Justicia, la Fiscalía. Igual la Casa de Gobierno generalmente atestada de guaruras.
Concentraron en Victoria las cien patrullas de la PE. No había necesidad. Nunca los servidores públicos, la sociedad en general, estuvieron en riesgo por la presunta llegada de los brigadistas “armados” hasta los dientes con unos garrotes que cortaron por el camino.
Venían a realizar una protesta más, como otras en las que han participado, bien organizados y con liderazgo, pero con una diferencia: Ya no son partidarios del PAN.
Esta vez, en lugar de concederles el derecho al libre tráfico, de audiencia, manifestaciones de protesta pacíficas, expresar y disentir, fue la autoridad la que les impidió el paso por la carretera a Monterrey.
Policías preventivos e investigadores bloquearon el paso en varios puntos desde El Barretal. Unidades de transporte pesado fueron “tomadas” para atravesarlas sobre el puente Purificación y cinta asfáltica en la ruta Victoria-El Tomaseño y Libramiento Naciones Unidas.
Hicieron tormenta en un vaso de agua que por poco “pega” y les da resultados, cuando los enemigos no traían armas ni venían a liberar, a punta de bala, a su líder Octavio Leal Moncada, porque está internado en un penal de Reynosa.
No alcanzaron a llegar ni a las goteras de la Villa de Aguayo. Hicieron su mitin a 40 kilómetros, ejido Plan de Ayala, municipio de Guémez, donde los estatales cerraron el paso de vehículos.
Ni venían miles como se hizo creer en las oficinas públicas. Los propios oradores, en el mitin, calcularon 1,500 almas que llegaron en alrededor de 200 vehículos procedentes de municipios como Villagrán, Mainero, San Carlos, San Nicolás y el propio Hidalgo. No todos tienen tiempo de andar en esos trotes.
Cierto que la Brigada, que nació por 2010, tiene una amplia base social pero no toda la comunidad está de acuerdo con su proyecto, y así se manifestó en las urnas el cinco de junio. No todos votaron por la 4T como fue el acuerdo.
No los defendemos, ni los conocemos, pero Seguridad Pública y la Fiscalía no debieron interrumpir la manifestación pacífica, y menos despojar de sus celulares a periodistas que hacían transmisiones en vivo del evento.
Si el detenido es culpable o no, si es “preso político” del gobierno panista, como claman los partidarios, ya lo decidirán los tribunales.
Con seguridad que, si el lunes los brigadistas tratan de “tomar” la capital, como lo anunciaron, la sociedad ya estará enterada que “el león no es como lo pintan”. Son hombres y mujeres como cualquiera de nosotros que han sufrido los embates del crimen organizado.
Mientras tanto, continúan los empeños panistas por apoderarse del ayuntamiento de Reynosa, aun por sobre la decisión del voto ciudadano.
Como reguero de pólvora –igual rumor- corrió el chisme de que los “operadores” ofrecen hasta cinco millones de pesillos por un voto que incluya en la terna para alcalde sustituto a Jesús María “Chuma” Moreno Ibarra, del PAN, en sustitución de “Makito” Peña.
No hay elemento de prueba pero pudiera suceder. Fuimos testigos de cómo, antes de rendir su protesta como diputadas, dos damitas de Morena se brincaron al PAN, el establo contrario.
Todo puede suceder si, como dicen, “con dinero baila el perro”, o “toda cabeza tiene un precio”.
En otros asuntos, como siempre Ramiro Ramos Salinas, de los próceres priístas, se adelantó a los tiempos y sacó la cabeza para que se le tome en cuenta por la senaduría en 2024. Se declaró “listo” cuando nadie sabe si el tricolor hará alianza con los azules o van solos.
A como marcha el tema, para cuando termine el plazo para ir de asociados, el jerarca “Alito” Moreno ya no estará en la jefatura tricolor. En el PAN, el jefe político –que seguirá operando el partido- jamás aceptará que lleve la bandera un revolucionario.
Decíamos que empezaron a llegar en cascada los fíats de notarías para el “cuadro chico” panista. El último es para Blanca Isela Pérez Ramírez, de Nuevo Laredo, esposas nada menos que del pastor del Congreso, Félix “Moyo” García Aguiar.
La Ley dice que los funcionarios que se van no pueden “cargar” con las notarías, pero no lo prohíbe con los familiares, esposas, maridos, hermanos, padres o madres.
Abogada y ex regidora en aquella esquina, ahora se le concedió la patente. Mañana se publicará la autorización del fíat de fedataria.