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SOLO QUEDO LA AÑORANZA DE LOS BURROS.

 SOLO QUEDO LA AÑORANZA DE LOS BURROS.

Redacción

El periódico El Decidor editó una nota cuyo título es “La desaparición de los Burros en la Carretera de Miquihuana a Poblado Altamira: Un Silencio en el Camino”.
Ahora recordando aquella anécdota que nos comentó un adulto mayor que acompañó a su esposa hace ya algunos años a la plaza principal de Miquihuana para recibir los 12 mil pesos bimestrales que daba el gobierno de Enrique Peña Nieto mediante el programa Prospera.
Cabe apuntar que antes de hacer la entrega del dinero los médicos auscultaban a los derechohabientes para verificar la salud de las personas beneficiarias y si requerían de atención los canalizaban a los centros médicos
Don Juan “N” estaba entusiasmado esperando que su señora cobrara los 12 mil pesos, para que le invitara unas caguamas ya que andaba “muy, pero muy crudo” pero al mirar hacia el portón de acceso a la plaza vio que aparecieron dos burros hembra y macho, delante de la gente que cobraba la pensión, los jumentos empezaron hacer sus arrumacos y desfiguros entre las que destacaban las patadas que daba la burra al burro que es parte del ritual amatorio de los Jumentos.
Y fue en cuestión de segundos en que el burro ya caminaba en dos patas, con tal desparpajo propio de su naturaleza paseándose por todos los contornos de la plaza sido remolcado por la jumenta.
Manifestando Don Juan “N” a los decidores ¡nombre al ver el espectáculo hasta se me olvido a que iba con mi señora!
Este comentario nos lo hizo llegar Don Juan, oriundo de la cabecera municipal en un escrito, en una visita que realizamos a Miquihuana, recordando con tristeza a ese gran paisaje que se veía por la carretera de Miquihuana al poblado Altamira repleto de burros que en ocasiones provocaban accidentes o eran presas de los cuatreros, todo esto ya forma parte de la historia, mis hijos alcanzaron a ver ese bello espectáculo, pero mis nietos ya no tuvieron ese gusto de admirar a los jumentos por la carretera Miquihuana al poblado Altamira, interpretamos en el escrito un tono nostálgico lleno de tristeza.

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