Tultecos regando el tepache
Tula, Tam.- Con la obra de la construcción de la autopista Mante-Tula, cuyo tramo afecta terrenos de pequeñas propiedades y algunos ejidos que corresponden al municipio de Tula con lo cual empiezan a brotar algunos inconformidades debido a los bajos precios catastrales que están realizando los empresarios y representantes de dicha empresa ya que pactan compras de superficies de terreno que van desde los cuatro mil cuatrocientos metros cuadrados y los trazos viales superan en mucho dichas compras, lo anterior está provocando malestar entre los comuneros y ejidatarios quienes están requiriendo la presencia de profesionistas civiles para determinar la cuantía real de terreno y precio del inmueble, de igual manera están actuando los llamados terratenientes mismos que vienen de otros estados sorprendiendo a los ejidatarios y pequeños propietarios ya que además de seguir gozando de los beneficios federales en cuanto al uso y disfrute de la energía eléctrica, pagando irrisorias cantidades comparadas con el flujo real de energía que consumen ya que pagan a nombre de los ejidos donde han sentado sus reales y el vital líquido del agua, ya que para usufructuar el agua se debe de crear en cada comunidad un comité o junta de administración, operación y mantenimiento, pero como siempre, resulta que para expandir sus dominios de producción, están absorbiendo las comunidades esto con supuestas donaciones o compraventa , como acontece con el ejido tanque blanco y la empresa denominada valores hortícolas, quien dolosamente pretende apropiarse de sesenta y cinco hectáreas pertenecientes a más de un centenar de ejidatarios, ya que mediante una supuesta asamblea ejidal se determinó por una minoría donar las sesenta y cinco hectáreas a dicha empresa hortícola sin mencionar el precio pactado por cada hectárea, pero resulta que existen inconsistencias en dicha donación ya que el gobierno donó específicamente un total de seiscientas cinco hectáreas a los campesinos nombrados mediante decreto, obligando que dicha donación se debería inscribir en el régimen ejidal y que el total de las hectáreas se repartiría equitativamente entre los campesinos nombrados para tal efecto, lo que llama la atención es cuanto es el valor comercial de dicho inmueble, cuanto recibirán los ejidatarios beneficiados con dicho decreto…. en otro tulteco se menciona que los empresarios aceiteros establecidos en terrenos de los ejidos veinte de noviembre, Terrones Benítez, San Juan, Celso Huerta y Tanque Blanco de nueva cuenta han realizado sus triquiñuelas fiscales, ya que las más de trecientas hectáreas de olivares serán sembradas de limoneros, con lo que seguirán gozando de los beneficios fiscales que representa el pagar los diversos servicios a nombre de dichas comunidades ejidales llenándose los bolcillos de pingues ganancias las cuales posiblemente son depositadas en los llamados paraísos fiscales evitando con ello que la autoridad fiscal les aplique el impuesto correspondiente, mención aparte merece el comentario y noticia que a nivel mundial misma que empieza a llamar la atención a la sociedad en general causando indignación, pues se pretende aniquilar a los ancianos o personas de la llamada tercera edad, esto propuesto por de altos funcionarios tanto de un organismo internacional y varios gobiernos europeos y del medio oriente, donde quedaría la tradición, la cultura su historia misma, donde quedaría la experiencia, la sabiduría que solo los años y vicisitudes otorga a las personas las cuales con el tiempo adquieren conocimientos mismos que son transmitidos a las generaciones futuras, acaso se pretende ignorar que el conocimiento científico tuvo sus inicio en la observación, en la práctica, en el ensayo y error, será esto algún intento por disminuir a los habitantes de cada nación, donde quedaría el producto de su trabajo, ya que cada gobierno cobra impuestos producto del trabajo que cada ciudadano genera por esa actividad, algo se está gestando en las entrañas de los grandes consorcios internacionales, quien realizara los trabajos más pesados, acaso tal vez pero solo tal vez, lograremos ver a un Bill Gates recogiendo latas de aluminio por las calles, levantando su cochinero, lo que me recuerda la carta que un jefe indio le dirigiera al presidente de los Estados Unidos de Norteamérica al pretender este comprarle sus tierras,” Cómo se puede comprar o vender el cielo o el calor de la tierra?, esta idea nos parece extraña. Si no somos dueños de la frescura del aire, ni del brillo del agua, ¿Cómo podrán ustedes comprarlos? Yo no entiendo, nuestro modo de vida es muy diferente al de ustedes. La sola vista de sus ciudades apena los ojos del piel roja.