Delitos sin esclarecer en Bustamante
Suman más de una docena de homicidios y levantones en Bustamante que han quedado impunes, las autoridades persecutoras de los delitos no han podido esclarecer ningún homicida reciente y peor aún no dan información de los sucesos.
Los difuntos han sido victimados a machetazos, navajazos y también a balazos y, ya los deudos se han conformado con saber dónde está el cuerpo de sus familiares, otros los menos no los han regresado sus captores, porque los cuerpos policiacos no proporcionan ningún dato que hayan investigado para que con el auxilio de los parientes del o los difuntos o privados de la libertad, se pueda llegar al fondo del ilícito.
También hace más de 4 años unos forajidos robaron el cajero automático en la presidencia municipal, el cual arrancaron de su base lo subieron a una camioneta y huyeron sin que se sepa de su paradero y el delito, sigue durmiendo el sueño de los justos.
Estas acciones delincuenciales han aumentado los temores en la sociedad Bustamantenses, porque todo indica que a dicha comunidad se le pueda considerar como un pueblo sin ley.
Todos los delitos que se han cometido en los últimos tiempos en Bustamante se registran como ilícitos que ayudan a que los forajidos se mantengan en lo más oprobioso de la impunidad.
Ninguna comunidad de Bustamante está exenta de que se cometan delitos y que el bandido quede inmune, hace días un productor caprino nos comentó que tiene su majada en el ejido San Miguel de Waldo y, en una noche de gélido invierno escuchó que su cabrerio “balaba” con intensidad y mientras se puso ropa para salir a supervisar su corral, se percató que una de las cabras ya no tenía los chivitos (eran cuates) los cuatreros le había robado los cabritos y huyeron en una camioneta de redilas que a toda velocidad se alejó del lugar del robo, el pastor pudo ver que el vehículo era color oscura pero no distinguió la marca del camión.
Y abundó el pastor atracado que ya son varias veces que le hacen lo mismo.
La primera vez que recuerda acudió a la policía a denunciar los hechos, pero le pidieron gasolina para moverse y perseguir a los delincuentes, pero les respondió —ya me robaron— cada cabrito costaba 300 pesos en aquel entonces y me pedían 500, pues les dije, mejor vamos a olvidar la denuncia porque me sale más caro pagar para que investiguen.
Y es así como quedó impune otro delito de semovientes.
A otros ejidatarios en las inmediaciones de la cabecera municipal les han robado becerros, vacas y hasta toros finos, lo peor del caso es que en Bustamante unos individuos dicen. – diremos, compran la carne robada y, a esos personajes nunca lo aprehenden ¿será que esta bien parado con los cuatreros? ¿o con quién?