Entre mulas nomás las patadas se oyen
Miquihuana, Tam.- En la cabecera municipal de Miquihana los ganaderos tienen muy bien ubicado a un sujeto que periódicamente se “enmonta” en la serranía con un fusil calibre 30 06, con bala de punta de aguja de 150 granos que puede tener tino a más de 4 millas,- peroooo, lo más grave de la situación es que el cazador furtivo en reiteradas ocasiones les pega los balazos a las vacas y aunque algunas no las ha cargado (robado) porque se han ido huyendo ya que el tiro no fue preciso y al dejar herido al rumiante éste muere y es encontrado al día siguiente gracias a los zopilotes.
El cazador furtivo del que dicen está muy bien protegido por autoridades locales se interna en el cerro para cazar venados, dicen que es buen cazador porque casi siempre baja de entre los riscos con un buen ciervo o venada (le vale que sean hembras), ya que el sujeto antes de cazar previamente hace la partición de las piezas a sus amigos y autoridades miquihuanenses a unos ofrece las piernas, los lomos, las paletas etc.
El tipo no respeta las reglas y como antes de ir a “enmontarse” en las noches de plenilunio o, aunque esté en tinieblas el cerro, al fin que cuanta con un buen candil para enfocar a su presa.
Desde hace tiempo actúa con impunidad, mientras al dueño de las vacas que este tipo ha matado no se le hace justicia.
——————-En otro comentario. – se comenta en La Peña que han visto a personas desconocidas que se muestran muy raros, ya que en sus vehículos se les ha avistado algunos objetos que son para rastrearse tesoros enterrados.
La gente habla, cuentan historias, de hechos imaginarios o se menciona narrativas divulgadas por sus ancestros y estos a su vez le comentaron a su descendencia y así va la línea de las ilustraciones, que conforme pasan las generaciones, se van distorsionado más, pero si han creado la duda y sobre todo, la avaricia, — algunos viejos comentan que en la época de la Revolución Mexicana, los revoltosos dejaron supuestamente carretas enterradas llenas de moneas de oro y plata y otros objetos valiosos.
Y esos comentarios que ha trascendido de boca en boca, han logrado que merodeen buscadores de tesoros, unos esgrimiendo la idea de que en la Revolución enterraron el producto de lo que se “CARRANCEABAN” y después no supieron dar con el lugar donde enterraron el dinero y las joyas.
Otros siguen pensando que, en algún lugar de la campiña de la Peña, el coronel don Pomposo Vargas, dejó enterrado una gran cantidad de centenarios y joyas, mismas que le pagaban por la maquila de las tierras de cultivo, pero eso es un gran supuesto que no se ha despejado y seguramente ya no se logre saber con certeza lo que sucedió con el dinero que por talegas tenía el Coronel.
Por estas cuestiones la gente platica que algunos buscadores de tesoros se han visto por Miquihana y en sus vehículos se aprecia algunos móviles que cuenta con aplicaciones, mismas que tienen un sensor, el cual habilita una brújula o magnetómetro, para encontrar más fácil y de manera científica los tesoreros.
Algunos otros más rudimentarios se agencias un péndulo,– una varillas en forma de “L” -o, una horquilla que supuestamente amplifica la capacidad de magnetorrecepcion del ser humano que se utiliza con la oreja, a este sistema de actividad pseudocientifica se le denomina “radiestesia”, y sin duda con estos aparatos de fabricación casera, si han encontrado tesoros en muchas regiones del altiplano tamaulipeco.
Así se vive en Miquihana, en estos momentos difíciles para la consecución de los satisfactores que hay que llevar a la familia y por ello, ha nacido la curiosidad de buscar los tesoros que supuestamente están enterrados en dicha regio y, de encontrar ese dinero solucionarían muchas de sus carencias. Se sabe que algunos individuos que han hecho pozos donde supuestamente está oculto el dinero, han perecido en el intento, porque se dice, que el dinero expide un gas venenoso o se incendia el pozo etc. pero ni así, se aminora la intención de buscar dinero enterrado.
