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En Tula está es una costumbre relativamente nueva

 En Tula está es una costumbre relativamente nueva

Tula.- Si bien fue el jueves 19 de marzo a las 21:50 horas cuando ocurrió el equinoccio de primavera, el momento en el que el Sol cruza el ecuador celeste, del hemisferio sur a norte desde nuestra perspectiva de la Tierra, en Tula fue el sábado que se realizo este ritual.

Aunque se acostumbra festejar el equinoccio de primavera el 21 de marzo, no todos los años ocurre el mismo día, así, la fecha de los equinoccios varía porque la duración del año en el calendario (365 días) no coincide exactamente con el tiempo que tarda la Tierra en orbitar al Sol (un año solar es de 365 días y 6 horas aproximadamente).

En el México antiguo diferentes civilizaciones observaban los equinoccios y solsticios.

“En Teotihuacán, por ejemplo, si nos colocamos en el arranque de la escalinata principal de la pirámide del Sol, podemos observar en la cima del edificio el surgimiento del Sol, en los días en que ocurren los equinoccios, en los meses de marzo y septiembre”.

Las fechas en que ocurren los equinoccios de primavera son entre el 19 y 21 de marzo; y los de otoño, entre el 21 y 24 de septiembre.

También en esas fechas, en la pirámide “El Castillo” o “Kukulkán”, en Chichén-Itzá, se observa el descenso de la serpiente emplumada durante el atardecer.

Mientras que en Tula es una costumbre relativamente nueva qué se hace en las orillas del centro arqueológico Tammapul y sobre el Cerro de la Cruz en el barrio “el jicote” dónde además se hacen limpia de aura y otros tipos de rituales qué evocan la llegada de este nuevo ciclo estacional.

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Editor2